La rapidez del tiempo choca contra su piel sin golpearlo; se acerca hacia él penetrando cada uno de sus poros, hasta llenar de a pocos todos los espacios vacíos de su humilde humanidad.
Es entonces cuando deja de tener sentido lo que parecía sensato y vuelve la imagen del desierto en la que él, un solitario paseante, acepta luchar contra el viento. Mil tormentas de arena recorrerán su voz y cuartearán su piel, pero... ¿en qué momento perderá de vista el rumbo? ¿en qué lugar del cielo se meterá el despistado? Fue en el azul más correcto donde su mirada encontró algo: la belleza absoluta de un espacio oculto entre tinieblas, donde todas las corrientes le atraviesan sin hacerle daño.
0 Comments
Leave a Reply. |
autoraTextos cortos, prosa poética y poesía. Archivos
April 2024
Categorias |