No es perverso no considerarte amigo.
Ni dejar de esperar verte pasar cerca a mí cada tarde. No hay culpa al engañarte, ni al abrazar tus pesadillas sin querer salir de ellas. No hay desdicha en no pensarte. No es triste y no debe serlo. Porque te vas pronto y llegas tarde. Porque al volver buscas y ves, en el rencor de mil tardes olvidadas, la soledad de una realidad que agota y socava en mis entrañas todo lo que antes latía. Porque para qué mantenerte vivo, admirado, sentido... como un recuerdo que atormenta, pudiéndote entregar al tiempo y dejarte enterrado en mi.
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autoraTextos cortos, prosa poética y poesía. Archivos
April 2024
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