Tengo una mente voladora que cuando se va muy lejos, olvida cómo volver.
Algunos días vuela bajo y se atasca entre las ramas sin saber cómo zafarse; otros, se eleva alto, hasta donde los árboles tocan el cielo y todo parece más claro. Tengo una mente cometa, que cuando la empuja el viento, se hace fuerte y cuando en la calma se agota, sobrevuela la tierra cerca, donde la hierba escribe historias y la paz es interrumpida por los pasos atrevidos de seres que la observan. Tengo una mente voladora que habla voces de otros tiempos, nunca para de viajar y jamás parece cómoda. Incluso en el vuelo más largo, se sigue admirando al ver que la vida pasa más rápido cuanto más la miras y la risa se hace más suave cuanto más te alejas. Es una mente incansable que va del antes al mañana sin casi quedarse conmigo. Tengo un pensamiento y otro y entre viaje y viaje, me pierde. Esta mente voladora es enemiga del descanso y solo se posa en la luna alguna vez cuando, cansada de vagar sola, encuentra a mi corazón, ese que siempre la espera.
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autoraTextos cortos, prosa poética y poesía. Archivos
April 2024
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