Cuando la ornitorrinco hembra siente dolor, el ornitorrinco macho se acerca a ella haciendo un movimiento de cabeza. El fenómeno está siendo estudiado por especialistas de la National Geographic. Todavía no le han puesto nombre y por eso pensé que, quizás, si me animaba a darle una vuelta al tema, mis miles de lectores de la prestigiosa revista podrían encontrarle uno.
Empezaré por aclarar que el ornitorrinco macho que se acerca a la hembra adolorida no es un ornitorrinco macho cualquiera; se trata de uno de esos típicos bichos despistados que se la pasan por ahí comiendo moscas y plantas como quien no quiere la cosa, esos que cae la lluvia y ni se inmutan. El ornitorrinco "lento", como también se le suele llamar, tiene una capacidad natural para apreciar el estado terrible en el que, de pronto y sin razón conocida, la hembra sufre. Al oler las emisiones de la hembra en duelo, una fuerza sobrenatural parece atraerlo hasta ella. Absorto en un estado de aparente espiritualidad, se acerca y la ronda; literalmente la ronda hasta marearla y hacerla caer al suelo. La hembra, además de adolorida, se encuentra de pronto, perdida. Echada de costado se termina de hundir en su miseria y entonces, el ornitorrinco macho, que se las sabe todas, se acerca un poquito más y le dice, digo yo, algo como "hola nena, pasaba por aquí y verás, no he podido olvidarte" (A los de la revista se les escapan estos detalles). La ornitorrinco hembra, mareada, atontada y sobretodo, adolorida, escucha estas palabras como si le contaran un chiste y entonces, ocurre el milagro: Como respuesta automática, la ornitorrinco hembra empieza a salivar un líquido dulce que el ornitorrinco macho lame descontrolado hasta entrar en un trance del que parece no querer salir jamás. En ese preciso momento de éxtasis, la ornitorrinco hembra lanza por el pico un veneno mortal sobre el macho y una vez muerto, lo entierra usando las patas traseras. Con los días, ella vuelve a sus quehaceres, se peina, depila y esas cosas. Pero de pronto, la embarga la culpa. La hembra ornitorrinco entra nuevamente en una fase de dolor agudo. Le duele la panza, una pata, los ojos. Entonces, otro ornitorrinco macho se acerca lentamente entre la hierba haciendo un gracioso movimiento de cabeza.
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